Pages

El Gran Capitán 1495-1496

PRIMERA CAMPAÑA DEL GRAN CAPITÁN EN ITALIA 1495-1496

    El rey francés Carlos VIII quería expandir su imperio más allá de sus fronteras. Por eso lo primero era asegurarse la paz con sus vecinos. Firmó tratados con Inglaterra, Borgoña, y Aragón (el tratado de Barcelona 1493). Su intención era entrar en Italia para ocupar Nápoles y contó para ello con la ayuda del Ducado de Milán.
Los Rayes Católicos temerosos de que ocupase también Sicilia, reino en la órbita de la corona de Aragón, reclutan un ejército, y a su vez abre las vías diplomáticas. El embajador español Antonio de Fonseca se entrevista con el rey francés en enero de 1495. Le recuerda que una de las clausulas del Tratado de Barcelona impiden atacar territorios del Papado, los cuales debía de atravesar para llegar a Nápoles. Y la contestación de Carlos VIII, fue de total desprecio. Le dijo que ocuparía Nápoles y después, y solo después si lo consideraba oportuno se entrevistaría con los Reyes Católicos. Esto irrito al embajador español que rompió el documento delante del mismísimo Rey. Tal actuación dejo abierta la puerta de la guerra de España con Francia.

El Rey francés vence al monarca napolitano Alfonso II y este abdica en su hijo Fernando II que también es derrotado, obligando a pedir ayuda a los Reyes Católicos.

Los cuales inspiran y participan en la creación de la Liga Santa, compuesta por el Papa, Milán, Venecia y Austria, el 31 de marzo de 1495 en la mas absoluta de las discreciones, para protegerse de Francia que se quedaría aislada. Carlos VIII al tener conocimiento de estos hechos decide abandonar Italia por miedo a quedar encerrado, ya que era previsible que tanto Milán como Venecia le presentaran batalla.

BATALLA DE FORNOVO 1495

Así fue, y el 6 de julio de 1495 en Fornovo hubo un enfrentamiento. Las fuerzas compuestas por Venecia y los ducados de Milán y Matua, eran muy superiores. A pesar de ello y debido a que los soldados italianos se dejaron llevar en el fragor de la batalla más por saquear el botín que habían obtenido los franceses, a su vez con el saqueo de Nápoles, que en lograr una victoria decisiva. Esto dio lugar a que el ejercito francés pudiera replegarse y refugiarse en Asti. Las perdidas italianas fueron casi el doble pero se pudieron reponer. Carlos VIII, estaba cercado por lo cual tuvo que firmar la paz, y así poder salir de Italia.
Abandonado a unos 10.000 hombres al mando de Gilberto de Montpensier nombrado virrey de Nápoles.

BATALLA DE SEMINARA 1495

El ejército recién formado por la corona española es embarcado y llega a la región de Calabria, al sur de Nápoles, al mando de Gonzalo Fernández de Córdoba, posteriormente seria conocido como "El Gran Capitán", que se había destacado en la toma del Reino de Granada, último enclave musulmán en la Europa occidental en el 1492. Fernández de Córdoba personalmente había reclutado este ejército, compuesto en gran parte por veteranos de la guerra de Granada, unos 2.000 infantes y 300 soldados de caballería ligera. Expertos en la guerra de guerrillas y escaramuzas.


Armadura y espada del Gran Capitán

Se une al ejercito napolitano de Fernando II. El napolitano insiste a Fernández de Córdoba para que plante batalla a los franceses en Seminara. Acepta a regañadientes, ya que no ve propicio enfrentarse en campo abierto. Y el 28 de junio se presta la batalla.
Comienza con un ataque de la caballería de Fernández de Córdoba al ejército francés al mando del escocés Stuar que formaba con la caballería francesa a la izquierda y los piqueros suizos a la derecha. Comenzando a cundir el desorden en el ejercito francés. Fernández de Córdoba indica repliegue para volver a cargar. Este movimiento es mal interpretado por la inexperta infantería italiana que lo entienden como una retirada y abandonan el campo de batalla. El propio rey Frenando II pierde su caballo y es rescatado por un caballero español que le cede el suyo en el furor de la contienda, muriendo por esta acción.

Esta fue una victoria táctica por parte de los franceses que no supieron aprovecharla y convertirla en una victoria estratégica al no perseguir a los soldados vencidos. Los españoles tuvieron que retirarse a la ciudad de Reggio, que estaba bien fortificada y contaba con una salida al mar donde podía ser socorrida por la flota Aragonesa.

ATELLA 1496

De las derrotas se aprende, y de esta aprendió tanto Fernández de Córdoba que ya no volvió a sufrir ninguna más. Cambio los ballesteros por arcabuceros, que serian determinantes de las siguientes batallas. Usando por primera vez en las armas de fuego de forma masiva, sentando la bases de los famosos Tercios. Redujo la caballería y le dio notoriedad a la infantería ordenándola en cornelias. Para hacer frente a los mercenarios suizos incremento el uso de picas en detrimento de las espadas. También aumento el numero de piezas de artillería.
Prosiguió su guerra de guerrillas y consiguió algunas plazas, mientras Fernando II ayudado por las revueltas tomo Nápoles obligando a  los franceses a retirarse a Atella, donde fueron sitiados por el ejército de la Liga Santa compuestos por unos 9.000 hombres.

Cuando llego Gonzalo Fernández de Córdoba con 1.500 soldados, los sitiados llevaban un mes sometidos al asedio de la Liga. Éste se dio cuenta que aprovechando el cauce de los ríos que convergían, los sitiados tenían construido unos molinos que abastecía a la ciudad de agua y harina. Estos molinos eran defendidos por piqueros suizos y gascones franceses. Sin titubear Gonzalo vio que esa era la clave y les planto batalla.
Italia en 1495
Lanzó la infantería contra el enemigo. Estos disponían delante a los arcabuceros franceses, protegidos por piqueros. Al no poder rechazar el empuje español, los arcabuceros se refugiaron detrás de los piqueros. Al llegar a la altura de estos los rodeleros españoles protegidos por sus piqueros se infiltraron en los piqueros suizos y rompieron sus líneas. Estos se retiraron en desbandada hacia la ciudad. La caballería ligera estaba bien posicionada, y cuando los franceses huyeron, dieron cuenta de ellos en su retirada.
Mientras tanto desde la murallas la caballería francesa estaba dudosa por salir a socorrer a los suyos. En frente tenían a la escasa caballería pesada española, que rápidamente fue apoyada por todo el ejercito, espantado la posibilidad de salida de la caballería gala para defender a los suyos.

Desde las inmediaciones, el ejercito de la Liga, vio asombrado la actuación española que habían dado un golpe de muerte a los sitiados. Fue un hecho notorio, conocido en toda Europa, el arrojo y clarividencia del ejército español, así como su voz de mando.
el Duque de Momtpensier tuvo que pactar la rendición si en treinta días no recibían socorro sus  tropas. Pasado este tiempo sus 5.000 hombres se rindieron. 
Se les dieron barcos para poder regresar a Francia y amnistía para los napolitanos que estaban a sus órdenes. El viaje de vuelta a casa fue muy penoso debido a las enfermedades que los diezmaron, incluido el propio Duque de Momtpensier. los supervivientes fueron unos escasos 500 franceses.
Tal fue la fama y reconocimiento que se dio a esta acción de Gonzalo Fernández de Córdoba que desde entonces se le conoció como el Gran Capitán.

Con esta rendición solo quedaba en Nápoles el general francés Aubigny, en Calabria, al cual logro expulsar el Gran Capitán y tomo la ciudad en nombre de Fernando II rey de Nápoles. Este murió ese mismo año sin tener heredero y la corona paso a su tío como Federico I que estaba a su vez cercado en Gaeta. Acudió en su socorro y nada mas presentarse allí los franceses se rindieron.

PUERTO DE OSTIA 1496

El papa Alejandro VI, también requirió los servicios del Gran Capitán para liberar el puerto de Ostia, cercano a Roma. Dicho puerto abastecía la ciudad y había sido ocupado por los franceses con el propósito de estrangular económicamente al Papado.
Busto de Fernández de Córdoba

Al mando de los ocupantes estaba el vizcaíno Menaldo Guerri. Gonzalo sitió el puerto, y con su artillería abrió una brecha en las murallas por la cual entraron los soldados tomando el puerto y haciendo que se rindiese Guerri, al cual perdonarían la vida, y la de los suyos.
Con esta nueva victoria, el Gran Capitán entró en Roma aclamado como un héroe. Fue recibido por el Papa elogiándolo y entregándole la rosa de oro por los servicios prestados. Cuando este partía le dijo que se sentía molesto con los Reyes Católicos. El Gran Capitán arremetió contra el Papa diciéndole que gracias a ellos había sido liberada todo el sur de Italia, y que "más le valiera no poner en peligro a la iglesia con sus escándalos,  profanando las cosas sagradas, teniendo con tanta publicidad, cerca de si y con tanto favor a sus hijos, y que le requería que reformase su persona, en su casa y su corte, para el bien de la cristiandad". Palabras todas ellas que sorprendieron al Papa, más aun viniendo de un soldado.

Partió hacia Nápoles donde el rey Federico, le concedió el titulo de Santángelo y varios señoríos diciendo "que era debido conceder siquiera una pequeña soberanía a quien era acreedor de una corona". 

Se traslado a Sicilia donde actuó como gobernador hasta que en 1498 volvió a España con su ejército aclamado por la gente como un héroe, y reconocido por el rey Fernando.